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¿QUIÉNES SOMOS?

Iglesia Galilea, un lugar de esperanza  se ha caracterizado por ser una congregación en la que se predica la Biblia clara y concisamente, con una doctrina Cristo céntrica; practicando la misión Integral, es decir, no solo enfocado en la salvación del alma sino en la transformación de todo el ser.

 

El impacto comunitario es parte constante de nuestros objetivos.


La Iglesia también ofrece atención a grupos homogéneos como jóvenes, niños, damas , caballeros y grupos de estudios bíblicos, grupos de oración y actividades de evangelismo para alcanzar a más personas.

Nuestra Visión

Compartir el amor de Cristo con nuestra comunidad

Nuestra Misión

Hacer discípulos que discipulen a otros.

Nuestra Estrategia

Evangelismo amistoso y discipulado natural

Nuestra Eslogan

Iglesia Galilea, Un lugar de Esperanza.

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En que Creemos

a) Hay un solo Dios, que es infinitamente perfecto, existiendo eternamente en tres personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo.(Deuteronomio 6:4, Mateo 5:48, Mateo 28:19).

b) Jesucristo es Dios verdadero y hombre verdadero. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Él murió sobre la cruz, el justo por los injustos, como sacrificio sustitutivo y justifica a todo aquel que cree en él por su sangre derramada. Él se levantó de los muertos según las Escrituras. Él ahora está a la diestra del Padre como nuestro Gran Sacerdote. Él vendrá otra vez a establecer su Reino, Reino de justicia y paz. (Filipenses 2:6 – 11, Lucas 1:34 – 38, I Pedro 3:18, hebreos 2:9, Romanos 5:9, Hechos 2:23 – 24, Hebreos 8:1, Mateo 26:64).

c) El Espíritu Santo es una persona divina, (el Espíritu Santo es Dios) enviada a guiar, enseñar toda la verdad y convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 14:15 – 18, Juan 16:13, Hechos 1:8, Juan 16:7 – 11).

d) El Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, según fueron dados originalmente, fueron inspirados por Dios y son una revelación completa de su voluntad para la salvación de los hombres. Constituyen la regla divina y única de la fe y de la práctica cristiana. (2 Pedro 1:20 – 21, 2 Timoteo 3:15 – 16).

e) El hombre fue creado originalmente a la imagen y semejanza de Dios: El hombre cayó por desobediencia, teniendo como consecuencia muerte física y espiritual. Todos los hombres nacen con una naturaleza pecaminosa, se separó de Dios, y puede ser reconciliado solamente a través de la obra redentora del Señor Jesucristo. La consecuencia de no arrepentirse y no creer es el tormento consciente por siempre; y la de creer, es alegría y dicha eterna. (Génesis 1:27, Romanos 3:23, 1 Corintios15: 20-23, Apocalipsis 21:1-4, Apocalipsis 21:8)

f) La salvación se ha proporcionado a través de Jesucristo para todos los hombres; y los que se arrepienten y creen en él nacen otra vez del Espíritu Santo, reciben el regalo de la vida eterna, y son hechos hijos de Dios. (Tito 3:4 – 7).

g) Es la voluntad de Dios que cada creyente sea lleno del Espíritu Santo y santificado enteramente, siendo separado del pecado y del mundo y dedicado completamente a la voluntad del Dios, recibiendo de tal modo el poder para el servicio vivo, santo y eficaz. Esto es una crisis y una experiencia progresiva obrada en la vida del creyente subsiguiente a la conversión. (1 Tesalonicenses 5:23, Hechos 1:8, Romanos 6:1 – 14).

h) La Sanidad Divina se lleva a cabo por la obra redentora del Señor Jesucristo para curación del cuerpo mortal. La oración por el enfermo y el ungir con aceite se enseñan en las Escrituras y son privilegios para la iglesia en esta época actual. (Mateo 8:16 – 17,Santiago 5:13 – 16).

i) La iglesia se compone por todos los que han creído en el Señor Jesucristo, los cuales han sido redimidos con su sangre, y han nacido otra vez del Espíritu Santo. Cristo es la cabeza del cuerpo, la iglesia, que ha sido comisionada por él para ir a todo el mundo como testigo, predicando el evangelio a todas las naciones. La iglesia local es un cuerpo de creyentes en Cristo que se congregan para la adoración de Dios, para edificación por la Palabra de Dios, para la oración, la comunión, la proclamación del evangelio y la observancia de las ordenanzas del Señor como el bautismo, la Santa Cena, y el Matrimonio del hombre y la mujer. (Efesios 1:22 – 23, Mateo 28:19 – 20, Hechos 2:41 – 47).

j) Habrá una resurrección corporal del justo y del injusto; para el primero, una resurrección a vida; para el último, una resurrección para juicio. (1 Corintios 15:20 – 23, Juan 5:28 – 29).

k) La segunda venida del señor Jesucristo es inminente y será personal, visible, y premilenial. Ésta es la esperanza bendita del creyente y es una verdad vital. (Hebreos 10:37, Lucas 21:27).

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